Puede que hayas escuchado que Almería es fea y sin encanto. ¡F A L S O! La provincia más al este de Andalucía alberga parajes inigualables que caminan entre la escala de grises de sus arenales, la decadencia hollywoodiense de los mini westerns, la arquitectura mozábare de la de la capital o el níveo reflectante de las minas de sal.
Al atractivo de su policromía paisajística se suma una oferta gastronómica de cercanía y toques moriscos –caza en la Alpujarra, pescado de roca en la costa y carta de tapas para elegir con la caña en la mayoría de los bares en la urbe del Indalo–, una masificación turística menor en temporada alta y días de sol asegurados en un 99%.
Y para terminar de convencerte, ¡vamos a dar un paseo por sus mejores playas!
Cuatro kilómetros de arena volcánica con fisonomía de ensenada conforman la playa más instagrameada del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (un enclave virgen, salvaguardado del voraz apetito constructor que ha devorado la costa española). Aquí se han rodado escenas de Indiana Jones o La historia interminable, por ejemplo.
Enmarcado también en la localidad de Níjar, los Escullos comprende el territorio que va desde la Isleta del Moro hasta la Punta del Esparto, presidida por el Castillo de San Felipe. Esta edificación del siglo XVIII fue erigida sobre ocres dunas fósiles que contrastan las aguas turquesas. El arenal se divide entre la Playa del Arco y Cala Higuera. Y, la verdad, te recomendamos cualquiera de ambas.
El Playazo de Rodalquilar, cercano a la población homónima y también ubicado en Cabo de Gata, destaca no sólo por ser una maravilla natural, sino histórica. Aquí Carlos III mandó construir una de sus nueve fortalezas para protegerse de los berberiscos: la batería de San Román, de estilo renacentista.
¡La playa naturista más grande de España! Si eres amante del nudismo, el levante almeriense te espera. Y no sólo en esta playa. Todo el pueblo está pensado para aquellos amantes de pasearse como dios les trajo al mundo. De hecho, es el enclave más grande de Europa dedicado a este público.
Leíamos en el ¡Hola! que la realeza europea es fan de esta pequeña playa de aguas cristalinas. Su discreción y lo inexplorado del paisaje son dos motivos fundamentales para enamorarse de esta cala de Agua Amarga, en Cabo de Gata.
Se encuentra a una hora a pie desde la conocida como Playa de Las Negras en Níjar o seis euros en barco desde la misma. Y en la dificulta del acceso reside su encanto virgen. Madruga y date un desértico paseo, las vistas desde lo alto merecen la pena.
Dicen que es la playa con aguas más transparentes y traicioneras de todo Cabo de Gata. También que John Lennon se pasó por aquí el verano de 1966 y después compuso “Strawberry Fields Forever”. Como mínimo, habrá que darse un paseo, ¿no?